miércoles, 23 de abril de 2008

Primer Capitulo.

Mi nombre es Marino Augusto Restrepo, tengo 50 años y nací en Santiago de Cali. Soy escultor, pintor, y escritor, aunque desde hace unos años atrás empecé a laborar en lo que para mi en mi juventud fue una gran pasión y ese era el derecho. Una carrera que en el transcurso de mi vida no la había ejercido, no por pereza ni mucho menos por ganas, es solo que un buen abogado se conoce por su transcurso del tiempo en el medio.
Pasaron varios años para que una persona descubriera mi talento, pero al darme a conocer, puede demostrarle que para mi no existía meta lejana y nada me quedaría grande y a si se lo demostré.
Para mi familia, generaba un gran estrago saber que trabajaba en este medio, ya que en ellos estaba la constante duda y el temor que me pasara algo, por ser una profesión bastante peligrosa y llena de enemigos, pero sin pensar en ello, me deje llevar hasta ahora que sigo vivo pero en mi un gran legado, una historia, una vivencia que les voy a contar.

Tengo una casa situada en el oeste de la ciudad, en San Antonio y otra casa en el norte, en Vipasa.En San Antonio es donde tengo mi taller de artes y en Vipasa vivo con mi familia. Mi esposa Cristina, mi hijo Felipe y mis dos hijas, Sandra y Camila son los integrantes de mi hogar.

Paso la mayor parte de mí tiempo en San Antonio, ahí es en donde me dedico a crear mis obras, inspirado en diferentes temas, ya sean culturales, religiosos, ambientales, o todo aquello que pueda crear en mi, un gran impacto. Mi gran pasión por las artes y la escritura nacieron en mis dos grandes universidades que para marcaron mi vida y le dieron un rumbo.

Empecé mis estudios en bellas artes, para mí una universidad que enseña ver el mundo desde otro punto. Continué mis estudios en la mas grande universidad que pueda existir para mi, un lugar donde no hay semestres, no hay notas, solo vivencias que me construyen cada día mas como persona, la Universidad de la vida, un lugar donde el tiempo enseña y la capacidad de percibir, observar y decidir traza mi camino.Acerca de mi no hay mucho que decir, soy una persona tranquila, dedico mi tiempo al arte y a la lectura, soy correcto y mucha gente murmura que buen mozo, pero de mis sueños si hay mucho de que hablar. En cada obra pongo mi mejor empeño, realizo esculturas en barro y en arcilla, creando personajes inolvidables o reviviéndolos. En mis pinturas busco ampliar la imaginación y trazar sentimientos, admiro cada ser que pasa por mi lado, y observándolo busco obtener su esencia, sus vivencias y sentimientos. Personajes como Jovita, que sin ser presidente, ni gobernadora, marco una historia solo por creerse la más bella.

En mis escritos narro historias de aquellos personajes que suelo ver en el parque de San Antonio e intento recopilar su historia, pero sin antes dejar atrás algunos casos que mi profesión de abogado me dejaba conocer. Para mí, cada persona tiene una historia que contar.

Emperezaron las negociaciones, y los proyectos por cumplir con mi socio, para ser sincero nunca imagine conocer una persona tan poderosa y elegante, y mucho menos llegar a ser parte de sus negocios. Pensé que había cogido el mundo por mis manos, no transcurrió mucho tiempo para empezar a ver las ganancias y los contactos tan importantes con los que me empecé a relacionar. Contratos, firmas, cheques, carros y sin fin de objetos que giraban ahora a mi alrededor, todo empezó a cambiarme sin darme cuenta. Mi familia aunque angustiada no despreciaban ni hacían aun lado las ganancias, al contrario no vacilaron para empezar a darse una posición bastante alta en la sociedad. Pase de un simple abogaducho, a ser un gran abogado, reconocido y buscado. Pero sin pensar a fondo que no todo seria color de rosa. –No!!!, no todo es lo que parece, simplemente es una mirada al rededor y darnos cuenta que no todo lo que brilla es oro, ni mucho menos creerse omnipotente.

Hice a un lado mis grandes pasiones, Deje de escribir, no volví a pintar y mucho menos a esculpir, hice a un lado lo que me gustaba, lo que me daba un espacio para soñar. Los sueños en mi no volvieron a existir solo lo q tenia en las manos para mi era creíble, cambie mi forma de pensar de un artista, para pasar a ser un perfeccionista y un ser arrogante que nada le bastaba, al contrario siempre quería mas y mas, nunca lo que tenia fue necesario y mucho menos me hacia feliz, pero pienso que fue por que nunca lo disfrute. Simplemente lo conseguía y al obtenerlo, ya estaba pensando en tener otra y otra cosa. Nunca me di cuenta que eso no era lo necesario para vivir, deje lo espiritual y me adueñe de lo material.








1 comentario:

Narrativas II dijo...

Sin ver ni cómo, ni a qué horas escribes lo que cuelgas es imposible César.